La última gota

Ultima gota

Me tomó un rato decidir como escribir este post. Sabía que quería compartirlo, porque este blog para mí es en muchas formas un medio para hacer catarsis, pero a la vez ha sido un tema con el que me costó un poquito encontrar paz, principalmente porque no estaba lista. Hace varios días, mi hija decidió solita decirle adiós a la teta, dándole fin a una lindísima relación de lactancia de 1 año y más de 1 mes. Una mezcla de emociones entre tristeza, nostalgia y orgullo llenan mi mente y creo que desde esa óptica es que quiero compartirles esta experiencia, que cambió completamente mi vida. Quiero que ella pueda leer esto en un futuro y entender lo importante que fue esta etapa para nosotros y como esto sentó las bases de la hermosa relación que tendremos durante toda la vida.

Antes de ser mamá mi posición acerca de la lactancia era sumamente relajada: si podría, le daría de mamar a mis hijos; si se hacía muy complicado el asunto, pues entonces no perdería sueño y no les daría de mamar. Nadie me explicó que el “paquete de lactancia” viene con un montón de emociones incluidas, que tienen poco o nada que ver con que tan “práctico” es el medio de alimentación de los bebés. Resulta que en muchas formas (aunque es completamente natural) dar teta no es siempre lo más fácil del mundo: hay que saber identificar todos los obstáculos culturales y el poquísimo conocimiento que tenemos la mayoría de las mujeres acerca de este maravilloso proceso, y hay que armarse de una tribu que le de empujoncitos a uno en los primeros meses como mamá primeriza. Pero luego de subir esa cuesta inicial se llega al paraíso.

El pecho además de ser una fuente de alimento perfecto (siempre listo, siempre estéril, siempre con los nutrientes necesarios), se transforma en una forma de comunicación entre el bebé y la mamá. Para dormir, para consolar, para compartir, la teta lo tiene todo. En mi caso incluso fue más allá, y puedo asegurar que amamantar ayudó a sanarme emocionalmente. Después de años de vivir entre inseguridades, el gestar a mi hija, darla a luz y por último darle de mamar me hizo descubrir lo increíble que es mi cuerpo: un verdadero milagro. El tema de tener un “cuerpo ideal” perdió toda su importancia cuando descubrí y me maravillé en lo que era capaz de hacer. Ya tenía el cuerpo ideal, ¡solamente me hacía falta descubrir sus superpoderes!

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Por eso fue inevitable sentirme triste cuando ella empezó a dejar de amamantar. Primero fue de día: el mundo era más interesante que tomar pecho. De último llegó la noche. Yo se que la mayoría de los papás se mueren por dormir toda la noche y que sus hijos dejen de despertarse, pero para mí las tomas nocturnas eran el cielo. En la oscuridad, todo en silencio, en el calor de la cama, fue muy duro decirles adiós. Fue intermitente y después acabó.

Luego pasó un día, dos, tres, luego una semana. La esperanza que tenía al inicio de que solo fuera “una fase” y que ella fuera a volver al pecho se fue desapareciendo lentamente.

De una manera, esto es lo que yo siempre había deseado. Mi objetivo como mamá es conocerla a ella, para poder respetarla en sus decisiones y preferencias y siempre quise que nuestra relación de lactancia terminara con un destete natural: ella escogiendo que ya no quería más, sin lágrimas ni sufrimiento. Por otro lado, tenía la ilusión y la disposición de continuar con una lactancia que se extendiera más allá del año de edad, no me urgía que ella dejara la teta  y hasta escribí un post al respecto luego de su primer cumpleaños. Pero esta es la realidad y ella tomó su primera decisión independiente… ahora es mi deber como mamá honrarla y respetársela, por más duro que fuera para mí. Estoy segura de que no será la última decisión que ella tome que me hará sentir emociones encontradas, después de todo ese es el sacrificio que supone ser mamá: amar con todo a una personita y darle alma, vida y corazón para luego verlos crecer y transformarse en las personas que escojan ser.

Pero no todo es nostalgia. También me acompaña un sentimiento de orgullo, porque lo logramos. Fueron miles (literalmente) de tomas indelegables, cientos de noches de pasar pegadas, todo un año de dieta especial por las alergias alimentarias de mi bebé. Yo sé que a veces es mal visto “echarse flores” a uno mismo pero en medio de todo esto que ha sido tan inesperado para mí, lo que me hace sonreír mientras que espero que mi cuerpo deje de producir las últimas gotas, es verla jugando feliz y pensar “misión cumplida”.

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5 thoughts on “La última gota

  1. Giny Fallas November 13, 2015 / 1:25 am

    Ay Glori! No te conozco pero de vdd q me encanta leer tu Blog. Mi gordo tmb tiene ALPV t leer tus post me ayudaron mucho a saber q todo iba a estar bien 😅 Y este último hasta me saco una lagrima! Gracias por compartir estas experiencias tan intimas y por hacer ver que ese sentimiento de nostalgia es algo que pasa jaja creo q yo tmb lo sentiré cuando mi gordo deje de mamar.

    • globrenes November 13, 2015 / 5:01 pm

      ¡Qué dicha que te hayan servido los pista de APLV! El inicio de la dieta es demasiado agobiante, por dicha después se vuelve fácil. Ayer comí queso por primera vez en año y un mes y me sentí rarísima 😂. Espero que puedan continuar con la lactancia por muchísimo rato

  2. noemyc November 13, 2015 / 4:31 am

    Felicidades por tu blog! Es maravilloso. Ese día del destete es al que más temo últimamente. Mi bebé Gabriel tiene casi 9 meses, nació de 31 semanas y 1500 g de peso y mi leche le salvó la vida! Por eso comparto tus sentimientos hacia la lactancia. Hace 4 meses regrese al trabajo y no ha sido fácil mantenerla, pero seguimos!! Y aunque espero que nuestro día de destete sea bastante lejano, me encantaría tomarlo con l
    Sabiduría que vos lo tomaste. Un abrazo.

    • globrenes November 13, 2015 / 5:00 pm

      ¡Qué campeona! Las mamás de prematuros son súper heroinas en mi opinión, y la leche en estos casos de verdad que les salva la vida. Espero que puedan continuar con la lactancia por mucho rato más ❤️

  3. Anita Di Stefano November 13, 2015 / 10:02 pm

    Glory me saco Muchas lágrimas, como te entiendo, y como me preocupa ese momento… se que eres una mama extraordinaria y demasiado linda y dispuesta. Gracias x compartir tu experiencia que nos ayudará a Muchas! La felicito por ser una super mamá

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