Esta es una serie de posts dedicados a conocer y disfrutar cafés “kid-friendly” en Costa Rica.
Desde hace varias semanas estoy en la misión de conocer cafés en Costa Rica con ambientes amigables para adultos y niños. Esta semana mi pequeña acompañante se resfrió, entonces una amiga, quien también es mamá y blogger, salió al rescate y me ayudó con la búsqueda. Ella escribió una reseña de uno de sus lugares favoritos.
Sue Mey (la blogger invitada de hoy) escribe en The Crazy Wolfpack acerca de familia y sus experiencias como mamá, además de moderar una comunidad lindísima de Baby Led Weaning. Los invito a que se den una vuelta por sus lugares virtuales, y espero que disfruten esta nueva sugerencia para ir a pasar una tarde lluviosa con los más pequeños de la familia.
Algo que me encanta hacer es ir a conocer lugares en el pleno centro de San José, escondidos entre callecitas. Un ejemplo de esto es el popular Café Miel, he visitado todos sus locales y siempre he salido contenta.
Pero no fue sino hasta hace un tiempo que me aventuré con una amiga a ir con nuestros chicos, ella es toda una campeona malabarista que me demostró el verdadero sentido de la conciliación familiar y la gran necesidad de que los negocios tengan mínimas consideraciones para los niños. Con esto no quiere decir que pongan play en todo lado, sino que manejen empatía con el trato y que, aunque el negocio no sea promocionado para niños, no los discriminen. Ya tenemos suficiente de eso en este mundo tan adultocentrista.
Nuestra primer experiencia en el Café Miel que queda detrás de la Biblioteca Nacional fue maravillosa, el lugar pequeño eso sí, no tenía sillas de bebé pero ahí nos acomodaron y nos hicieron sentir bienvenidas.
Justamente hace poco abrieron otro local, el cual queda en el costado sur del Tribunal Supremo de Elecciones. La casita es mucho más amplia, tienen una pequeña zona afuera para sentarse en una suerte de sillas Acapulco.
Adentro el área se divide en tres, y en cada sección tienen una silla de bebé. Esta vez solamente fui con mi hijo y escogimos el área que da justo a la caja, porque me pareció que tenía más luz.
Las meseras fueron serviciales y cordiales, nos procuraron vasitos con agua mientras esperábamos y por dicha la espera fue corta. No íbamos a comer mucho, solamente pedimos unas yucas al mojo cubano, un churchilin y una sandía con hierba buena. Mi hijo por dicha tiene muy buenos hábitos alimenticios entonces por lo general no me preocupa el que no coma nada, y al menos él amó todo.
Mi hijo de dos años ya superó la etapa de los cambiadores, por lo que en ese respecto no nos hizo mayor diferencia la ausencia de uno de estos aparatos en el baño, el cual estaba súper limpio. Pero si se va con niños que aún no controlan esfínteres, pues deben planear acorde.
Otro detalle que para mí no hace diferencia, dado que hago porteo extremo, es la falta de parqueo propio, claro que pueden parquear en la calle o en algún parqueo privado. Pero claro, hay que decir que este negocio normalmente se llena mucho entonces frente al local a veces no hay espacio.
Los precios son normales, refrescos a 1500 colones, los especiales de café a 2500, tienen repostería variada, bocadillos salados y la novedad es que ahora venden platos fuertes, que van desde los 4000 hasta los 9000 colones.
Este es el menú http://www.cafemielgarage.com/#menu
Su página de Facebook está disponible en este link.
Todo es delicioso. En nuestro caso, lo recomendamos mil veces.
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Para leer los dos anteriores posts de la serie de Café con Niños: