La constancia es la virtud por la que todas las cosas dan su fruto
Las últimas semanas he estado compartiendo en el blog historias acerca de mamás que han hecho “la dieta del amor”, una dieta en la cual se eliminan una gran cantidad de alimentos para poder continuar dando lactancia materna a los bebés alérgicos. Cuando pienso en todas ellas y en sus casos me vienen distintas palabras a la mente para describirlas: determinación, persistencia, paciencia… El caso que comparto hoy es el de Adriana, apenas lo leí la primera palabra en la que pensé fue “constancia”. Leyendo luego la definición en el diccionario me quedó aún más claro que esta es la palabra perfecta para describir su historia: la constancia es la voluntad inquebrantable y continuada en la determinación de hacer una cosa. Adriana fue constante en su deseo de amamantar a su hijo, y con el apoyo de su esposo y una excelente profesional de la salud logró vencer todos los obstáculos en su camino. Ella estará compartiendo su inspirador testimonio este 16 de abril a las 11 a.m. en Expo Kids.

30 de enero del 2015. 40 semanas exactas. 10 horas de labor de parto y nació a las 2:04 am ¡el bebé más lindo del mundo! (Por lo menos así lo vi yo jeje). Durante el embarazo llevé un curso de preparación de parto en el cual Ingrid Broitman (consultora de lactancia) fue invitada a dar una charla de lactancia, muchas cosas de esa charla me marcaron pero recuerdo cuando dijo “no dejen que en el hospital le den fórmula a sus bebés a menos de que sea estrictamente necesario”. Ya mi esposo Ignacio estaba re entrenado y sabía que al nacer Mauricio no se le podía despegar y se tenía que asegurar que no recibiera nada mas que mi leche. ¡Excelente papá desde el principio y logro cumplir su misión! La primera vez que le di de mamar a pocos minutos de su nacimiento fue maravilloso, no tuve dolor, se pego y succionó perfecto y pensé “¡gracias a Dios, qué fácil!”.
A los dos días ya en casa todo iba muy bien, estábamos como todos padres primerizos un poco nerviosos pero formando un buen equipo.
Todo comenzó a sus 4 días de nacido, cuando Mauricio comenzó a vomitar. Al principio pensamos que era normal; ya me había bajado la leche tal vez había comido mucho, tal vez lo movimos mucho, tal vez esto o lo otro. Pero siguió, más cantidad, más frecuente y en proyectil. Era realmente aterrorizante su forma de vomitar.
Mi pediatra que fue un gran apoyo en el proceso nos dijo que fuéramos a verlo, eran las 10 de la noche y nos topó en el hospital. Examen físico bien, la pancita hinchada, un poquito distendida por lo que nos mando a hacer varios exámenes en esa semana.
Cada día era peor que el otro, mas vómitos, más llanto, más retorcijones. Logramos conseguir una cita de emergencia con un gastroenterólogo muy conocido, ya le llevaba resultados de exámenes y al verlos me dijo: “mijita usted no va a poder darle de mamar a este niño nunca, tiene un caso severo de Alergia a la Proteína de Leche de Vaca (APLV), le regalo este tarrito de Elecare (una fórmula especial) y aquí está la receta para el HNN… para secarse su leche compre estas pastillas etc. etc. etc.” ¿QUE?!!! No entendí nada ¿APLV? ¿Qué es eso? ¿No poder dar de mamar? ¿Cómo no voy a dar de mamar? ¡Jamás!! ¿Fórmula? ¡Pero si no tengo ni un chupón! Dar fórmula no estaba en mis radares. No, alguna solución tenía que existir. Salí de esa consulta sumamente alterada, preocupada, confundida. Llamé a mi pediatra de cabecera y me dijo que fuera adonde otro gastroenterólogo pediatra y me ayudo a conseguir la cita. Mientras tanto seguí dando de mamar y mi gordito seguía igual. Emocionalmente me estaba afectando mucho y fueron unos días muy difíciles.
A los 3 días tuve cita con la Dra. Jimenez, quien fue súper empática y comprensiva con mi deseo de dar lactancia a mi hijo. Me explicó que para hacerlo mi vida iba a cambiar y que tenía que hacer una dieta radical. Me suspendió todo lácteo y sus derivados, soya, semillas, pescado, cerdo. Tal vez no suene tanto, pero realmente el 99% de las cosas que uno normalmente come contiene alguno de estos ingredientes prohibidos.
Conversé con una mama que había pasado una situación parecida y que la había logrado superar con éxito, me dio muchos consejos e iniciamos contactando mamas que estaban pasando por lo mismo y construimos una red de apoyo que terminó en gran amistad.
Cada día el malestar de mi hijo mejoraba, sin embargo la dieta se hacía más y más difícil. Decidí dejar de comer fuera, y si teníamos algún plan familiar yo llevaba mi lonchera y pedía en los restaurants que me calentaran mi comida en el microondas. Mucha gente no lo entendía, me criticaban, me decían exagerada e incluso se burlaban, pero yo no dejé que nada de eso me afectara ya que sabía que estaba haciendo lo mejor por mi bebé. Con la dieta empecé a ver mejoría de inmediato, y aun más motivada continuaba con ella viendo a mi bebe sonreír y dejar de llorar todo el día.
A sus 3 meses, la Dra. me dijo que era hora de iniciar con las pruebas, por lo que me permitió comer algún alimento y decidimos empezar con la yema del huevo. Comí un lunes y a partir del miércoles Mauricio empezó a sangrar en sus heces y así continuó por 15 días: pañal que cambiaba tenía sangre. Prueba #1 fallida. A los dos meses hicimos de nuevo otra prueba, pescado. Prueba #2 fallida. Decidí entonces no hacer más pruebas hasta que tuviera 9 meses. Se me estaban acabando las opciones de menú, realmente me estaba agotando de comer lo mismo, ya mi hijo comía sólidos y gracias a Dios todo lo que habíamos probado hasta el momento le había caído bien. Inconscientemente cuando Mau tenia 8 meses, comí un producto sin saber que contenía soya, me di cuenta a las semanas. Es decir, comí algo sin querer, que NO podía, ¡y no había pasado nada!!! ¿Será que vuelvo a tratar? Luego lo consumí con conocimiento de que contenía un alergeno y pasaban los días y Mauricio estaba bien. De ahí en adelante fui hacienda pruebita por pruebita y como milagro de Dios no volvió a presentar ninguna reacción. Más adelante fui introduciendo alergenos en alimentos de él y ninguno parecía afectarle. A sus 10 meses y medio yo ya tenia una dieta completamente libre, ¡podía consumir cualquier cosa! Realmente siento que fue increíblemente rápido como él empezó a superar sus alergias, y también creo que la leche materna ayudaba increíblemente a superar este proceso. ¡Ahora mi bebé tiene 1 año y 2 meses y come ABSOLUTAMENTE DE TODO! Mis oraciones y paciencia fueron recompensados. Yo realmente soñaba con que mi gordo pudiera comerse un queque con helados el día de su cumpleaños, y así fue. Irónicamente no le gustan los helados ni el queque, pero bueno, ¡lo puede comer! Me siento muy contenta de haberle podido dar leche materna por mas de un año y mas aun agradecida con tanta gente como mi esposo y mi familia que me apoyaban cada día. Fue difícil, ¡pero lo volvería a hacer mil veces!

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El 16 de abril a las 11:00 a.m. en el Centro de Eventos Pedregal estaremos compartiendo todas nuestras experiencias en Expo Kids, ojalá todas las mamás que estén leyendo este post pueda acompañarnos en este evento tan especial. Para conseguir una entrada hacé click en este link.