Todo el mundo la ha hecho cuando ha estado esperando su primer bebé: la famosa lista con todos los artículos que se necesitan conseguir antes de que nazca el nuevo miembro de la familia. Usualmente incluye un coche, un portabebé, una cuna, a veces una sillita mecedora y otro montón de cositas que creemos escenciales para la comodidad del recién llegado. En nuestro caso contamos con la ayuda de varios amigos que nos pasaron sus listas (ya depuradas gracias a su experiencia) y eso nos dio una ventaja a la hora de distinguir entre lo necesario y lo innecesario. Sin embargo, luego de nacer nuestra hija descubrí que para nuestra situación en particular y escogencias de crianza aún se podía simplificar más la cosa y usar casi que solo 4 artículos sencillos que nos facilitaron la vida los primeros meses (una cuna no está incluida porque practicamos colecho).
Nuestra bebé fue lo que todos los libros nuevos llaman una “bebé de alta demanda” (cariñosamente “bebé velcro”). Nunca me gustó ese término, pues implica partir de que sus necesidades eran más altas de lo esperado comparadas a un estándar arbitrario de normalidad. En realidad era una bebé común y corriente que amaba el contacto físico y prefería estar con mamá y papá antes que con cualquier otra persona. Ese constante deseo de apego hizo que tomáramos una serie decisiones como cargarla muchas horas al día, dormir con ella y hacer las cosas un poco distintas a la norma y lo que me inspiró a escribir este post para otros papás. De todas formas, indiferentemente del temperamento de su bebé, creo que estos son artículos que vale la pena al menos considerar incluirlos en la lista final.
El fular es de los artículos más versátiles para bebés que existen. Toma un par de intentos aprender a ponérselo (vale la pena ver videos de Youtube como este), pero luego de eso es inmensamente útil. Puede ser usado desde que el bebé está recién nacido, hasta la edad preescolar y existen distintas maneras de “amarrarlo” para llevar a los chicos de frente, en la espalda o cadera. En palabras sencillas no es más que un trozo de tela muy largo (que puede o no ser elástico), que al pasarlo por nuestro cuerpo se transforma en el mejor portabebé. Permite tener las manos libres y tener al bebé cerca en todo momento entonces elimina el dilema del bebé que quiere estar alzado todo el día y la mamá que necesita hacer otras cosas porque permite tener las manos libres. Con un fular (de la marca Moby Wrap) cargué a mi hija para todas las cosas del día a día como bañar a la mascota, jardinear, caminar, ir al supermercado, trabajar en la computadora… Ella estaba feliz porque estaba a la par de mamá, y yo estaba feliz porque sentía un poquito más de libertad. Se dormía riquísimo mientras que estaba en el fular, y para los primeros meses de cólicos fue una maravilla. En nuestro caso sustituyó por varios meses al coche, ya que no fue hasta los 10-11 meses que aceptó (y le encontró la gracia) ir sentada solita.
2. Aceites esenciales y difusor
Los aceites esenciales de grado terapéutico han sido una enorme ayuda con nuestra bebé. Se pueden conseguir aceites esenciales de varias marcas, sin embargo mi favorita personal ha sido DoTerra por un par de años ya. Mi experiencia con ellos empezó cuando una vez compré en una feria holística en la playa un kit pequeño que tenía solamente tres aceites: lavanda, limón y menta. Escuché la charla de todos sus usos y me gustaron mucho, pero la verdad los metí en mi mesa de noche y no utilicé ni una gota por muchas semanas. Una noche estaba cocinando pasta para mi esposo y para mí (mi hija no estaba ni en planes) y al volcar la olla para escurrir la pasta me cayó el agua hirviendo encima de una mano. Por supuesto que casi me muero del susto y dolor, pero lo que más me angustió fue que era muy tarde (todas las farmacias del pueblo donde vivimos estaban cerradas) y no teníamos un solo medicamento para quemaduras. En eso recordé que teníamos ese kit y que en la charla habían mencionado que la lavanda servía para quemaduras, y como no tenía nada que perder entonces me puse un montón en toda la mano. Casi de inmediato se alivió el dolor, al ratito se bajó la inflamación y al día siguiente la mano estaba como si nada. Lo volví a probar con una cortadura de rasuradora y me dio el mismo resultado. De nuevo lo usé en el post parto cuando leí este artículo. A partir de ahí me volví “creyente” de los aceites.
Para mi hija los que más usamos fue una mezcla que se llama DigestZen en las plantas de los pies para los primeros meses de cólicos, el famoso aceite de lavanda para la noche (ayuda a promover el sueño) y otra mezcla que se llama Breathe en un difusor cuando tiene congestión nasal. 100% recomendados a cualquier nuevo papá.
3. “Nuestros Hijos y Nosotros” de Meredith Small
Hay una oferta tan grande de libros para padres acerca de los bebés que uno a veces no sabe ni que escoger. Muchos prometen el santo grial para los papás primerizos: un bebé que duerma toda la noche, otros hablan acerca de todas las cosas que un bebé “debería” de estar haciendo y la edad precisa para lograrlo. Todos nos hacen sentir como que no sabemos nada acerca de nuestros bebés y necesitamos todo un equipo de expertos que nos expliquen como dormirlos, alimentarlos y hasta como jugar con ellos para que se desarrollen de manera óptima. Todas las cosas que instintivamente queremos hacer como cargarlos mucho, arrullarlos para dormir, darles de nuestra misma comida cuando están más grande son vistos como pecados capitales en algunos libros de crianza. Muchos de los que escriben estos libros los basan en su opinión personal y parcial acerca de como deberían de comportarse los niños en nuestro mundo.
“Nuestros Hijos y Nosotros” es totalmente diferente. La autora del libro, Meredith Small es una antropóloga que se dedicó a observar hasta donde nuestra forma de criar a nuestros bebés es dictada por sus necesidades biológicas, y hasta que punto por nuestra cultura. Ella se atreve a cuestionar si las cosas que más aceptamos culturalmente realmente son las mejores para nuestros hijos. También relata como duermen, se alimentan y viven el día a día los bebés en distintas culturas alrededor del mundo. Es un libro sumamente interesante y que me hizo pensar muchísimo y confiar en mis instintos. Creo que debería estar en la mesa de noche de cualquier nuevo papá (también se puede conseguir el libro en digital para Kindle).
4. Almohada de lactancia
Una almohada cómoda de lactancia no está limitada a solo ser utilizada cuando se amamanta al bebé, aunque en ese sentido es maravillosa para posicionar al recién nacido y darle un descanso a los brazos de mamá. Estas almohadas también pueden utilizarse para “tummy time” (ratos del día supervisados con el bebé boca abajo) o para un poco más de apoyo cuando ya se pueden sentar solitos.